María, María Dolores,… para mí siempre MD Marín

María, María Dolores,… para mí siempre MD Marín

Este es un post que, como viene siendo habitual, viene con retraso. Este es además, un post especialmente difícil para mí…. y no es porque no tenga cosas estupendas que contar sobre MD, podría llenar folios y folios hablando sobre ella y sobre su vida, cualidades y virtudes. ¡Claro que si! Lo que pasa es que María es una de nuestras «Todas Viajeras», una más del grupo que un día cogió la maleta y se marchó a recorrer mundo, a ver lo que tenía que ofrecerle el planeta, a aprender otros idiomas y de paso aprendió de la vida, del trabajo, del amor … y María se quedó. ¡Otra que no volvió a España más que para Navidades y acontecimientos especiales!

Formó su familia y cumplió deseos con los que había soñado desde niña. Vivió muchas otras cosas  que no se podía imaginar que la vida le daría. Esto es algo que me alegra por ella, porque sé que es feliz y porque sé que es su opción de vida, una vida super rica, llena de experiencias e historias que nunca podré llegar a imaginar pero que a la hora de escribir me entristecen. Me entristece porque este es un post de los que escribo, con la música bajita de fondo y llena de nostalgia, con una lagrimita en los ojos, con la cabeza llena de imágenes del pasado. Escribo con esa sensación que deben sentir los padres cuando se marchan los hijos de casa y  se plantean cuántas cosas dejarán de compartir con ellos en la vida. MD no es una hija, MD es una gran amiga,  pero no puedo evitar lamentar cuantas vivencias buenas y no tan buenas, habremos dejado de compartir en la distancia.

A María (como ahora la conoce todo el mundo), la conocí en el Colegio. Coincidimos en la misma clase a mi vuelta de Madrid. Entonces ella era María Dolores, una adolescente malagueña que había caído en Zaragoza después de un traslado de su padre, que casualmente trabajaba en la misma empresa que el mío. A Jesuitas iban ella y sus hermanos. Juan y Javier eran dos chicos «superpopulares» en el colegio por su físico y por su simpatía. MD también tenía una hermana pequeña, Rocío. Rocío en aquella época, no era importante para nosotras, estaba en otra onda, era la hermanita pequeña y el juguete de la casa. Era simplemente una cuarta hermana y entonces su papel no era muy relevante (jeje, conozco bien esa sensación) ¡Como cambian los años! En casa de MD compartimos, muy buenos momentos y horas de estudio de lo que entonces era B.U.P. Su familia, con una gracia andaluza a raudales, era muy acogedora y daba gustazo estar en su casa.

Bueno,  el caso es que allí aparecimos las dos, sentándonos pupitre con pupitre y asistiendo juntas a las clases de literatura del «Batusi», profesor apodado así por su altura. Pronto empecé a llamar a Maria Dolores, «emedé Marín», porque su nombre se me hacía muy largo… ¡jajaja, es mucho más corto así! Inventamos una manera de saludarnos también muy breve…¿ Recuerdas MD? Cada día una de nosotras añadía una palabra hasta que finalmente quedó así,

«Chunga la menga

mandria congria,

bacalao, bacalao, bacalao,

bis, bis, bis, wissum, balay, coca cola light, plate»

Mi amistad con MD fue como un flechazo, congeniamos enseguida, compartíamos un humor muy parecido y risas sin conocimiento en el colegio. Yo era bastante «empollona» y ella un poco menos. A veces, me volvía medio loca cuando en algún examen, de repente, me «mangaba» el papel delante de mis narices, para ver lo que había puesto yo, y me dejaba mirando al infinito con la sola compañía del boli y la mesa vacía… A mí, en esos momentos me daban ganas de asesinarla. Me hacía pasar unos nervios increíbles, no sabía donde mirar, ni como reaccionar y sólo veía como el profesor se acercaba más y más y yo no tenía donde escribir, pero finalmente estas historias siempre acababan bien y todo quedaba en anécdotas llenas de risas.

No sé si alguna vez os habéis parado a pensar lo importante que es, que vuestros hijos lo pasen bien en el colegio, yo desde aquí os animo a que intentéis fomentarles las amistades divertidas. Siempre nos preocupamos por si van con gente de bien,… ¡Perfecto! Pero si además de buenas personas, son divertidos, mejor que mejor. Yo os puedo asegurar que, en mi caso, iba al colegio encantada porque allí estaba mi gran amiga y además… ¡lo pasábamos tan bien juntas! En nuestra memoria han quedado miles de momentos que recordar, casi todos relacionados con temas colegiales.

MD y yo nos hicimos muy buenas amigas, y compartimos mucho más que momentos divertidos, compartimos una adolescencia, con mucho «pavo» por mi parte. Eramos confidentes, nos contábamos miedos, problemas, vivencias y nuestros secretillos típicos de la edad…

-A mi me gusta «Fulanito»

-A mi «Menganito»

-Pues te ha mirado en clase …

-¿Seguro? ¿Sabes algo? No le digas nada que me muero de corte

Aún recuerdo alguna noche de estudio, inventando historias sobre nuestro futuro, nuestro posible marido, situación social y trabajo.

María celebrando su cumpleaños en Maldivas

María con uno de sus hijos celebrando su cumpleaños en Maldivas

MD era una guapísima andaluza con un pelo rizado moreno espectacular y una altura imponente, me parto de risa cuando pienso que entonces ella se veía «patito feo» y me costó convencerla para empezar a salir con Las Todas, porque nos idealizaba un montón. ¡Que complejos más tontos se tienen con cierta edad!

MD y yo eramos posibles candidatas a protagonistas de cualquier serie familiar americana. Igual fue por esto, que cuando llegó COU, ella y sus padres, decidieron que debía empezar a conocer mundo y allá que se fue a EEUU. Volvió después, claro que sí, pero el veneno ya había entrado en sus venas y  una vez que había estudiado su carrera en Zaragoza cogió «los trastos», plantó a su novio y salió a un universo que le esperaba lleno de cosas por descubrir.

María perdió el «Dolores» cuando se fue a EEUU para evitar que se lo pusieran de primer apellido, pero ganó el mundo a sus pies.

Actualmente vive en Zambia, casada con un serbio, Vlad, tiene tres hijos. El whatsapp y las nuevas tecnologías han vuelto a unir nuestras vidas. El otro día salió en «Españoles en el mundo» de RTVE. ¡No puedo evitar echarla de menos!

Os dejo el enlace del programa completo para que la conozcáis. Ella sale a partir del minuto 51, aunque según dice han cortado justo la parte del programa que hablaba de su vida en Zaragoza y el saludo a Las Todas.

MD, nos lo creemos, porque ¡no puede ser de otra manera!

Viendo esto comprenderéis porque soy todista. ¿Y tú? ¿Eres todista?

ESPAÑOLES EN EL MUNDO / ZAMBIA